Canciones / partituras y letras

(se agregan partituras en desorden alfabético cada tanto, irregularmente)

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Aleluya (la letra está en la partitura)
Alí Babá y los 40 hombres honestos (la letra está en la partitura)
Argumentos tendientes a una fundamentación de por qué te amo

No te quiero, mi amor, por tu linda carita
ni por ser más o menos bastante bonita,
no te quiero porque una sencilla hoja de margarita
pretenda que es así

No te quiero por una cuestión de ejercicio,
por querer practicar, no te quiero por vicio
ni por obra de algún pai de santos, por un maleficio,
y menos porque sí

No te quiero por ser mujer de mi vigilia
ni por ser esa bestia que mi zoofilia
necesita tener a su lado en lugar de familia,
te quiero porque... no sé

No te quiero por ser natural y sensible,
por tener un carácter más bien apacible
ni porque unos astrólogos digan que me es compatible
tu signo zodiacal

No te quiero por ley ni mandato de jueces
ni fue el médico quien me mandó que me beses,
no te quiero por cosas de esas que pasan a veces
o por casualidad

No te quiero por ser animal de costumbres,
porque des la razón a mis incertidumbres,
porque encuentre refugio en tu sombra ni porque me alumbres,
te quiero porque... no sé

No te quiero por ser ideal o perfecta,
por ser siempre políticamente incorrecta,
por decirme las cosas a veces de forma directa
ni por callartelás

No te quiero por ser diferente de otra,
no te quiero por ser una yegua, una potra,
ni tampoco te quiero, mi amor, por llevarte la contra
ni por dejartelá

No te quiero por ser bendición y martirio,
porque seas mi orzuelo y también mi colirio,
no te quiero por ser el corsé de mis peores delirios,
te quiero porque... no sé

No te quiero por culpa de la primavera
ni por ser especial o por no ser cualquiera,
no te quiero por ser flor de mina, pimpollo o siquiera
capullo de alelí

No te quiero, mi amor, por creer que es lo justo
ni por base o altura o medida de busto
ni por hache o por be ni por ge, no te quiero por gusto
ni porque estás ahí

No te quiero por ser veintitrés codo a codo,
por tener muchas más curvas que Quasimodo
ni te quiero, tampoco, mi amor, por la suma de todo,
te quiero porque... no sé

Argumentos tendientes (partitura en pdf)
		Biromes y servilletas

En Montevideo hay poetas poetas poetas
que sin bombos ni trompetas trompetas trompetas
van saliendo de recónditos altillos altillos altillos
de paredes de silencios de redonda con puntillo.

Salen de agujeros mal tapados tapados tapados
y proyectos no alcanzados cansados cansados
que regresan en fantasmas de colores colores colores
a pintarte las ojeras y pedirte que no llores.

Tienen ilusiones compartidas partidas partidas
pesadillas adheridas heridas heridas
cañerías de palabras confundidas fundidas fundidas
a su triste paso lento por las calles y avenidas.

No pretenden glorias ni laureles, laureles, laureles
sólo pasan a papeles, papeles, papeles,
experiencias totalmente personales, zonales, zonales
elementos muy parciales que juntados no son tales.

Hablan de la aurora hasta cansarse, cansarse, cansarse
sin tener miedo a plagiarse, plagiarse, plagiarse
nada de eso importa ya mientras escriban, escriban, escriban
su manía su locura su neurosis obsesiva.

Andan por las calles los poetas, poetas, poetas
como si fueran cometas, cometas, cometas
en un denso cielo de metal fundido, fundido, fundido
impenetrable, desastroso, lamentable y aburrido.

En Montevideo hay biromes, biromes, biromes
desangradas en renglones, renglones, renglones
de palabras retorciéndose confusas, confusas, confusas
en delgadas servilletas como alcohólicas reclusas.

Andan por las calles escribiendo y viendo y viendo
lo que ven lo van diciendo y siendo y siendo
ellos poetas  a la vez que se pasean, pasean, pasean
van contando lo que ven, y lo que no, lo fantasean.

Miran para el cielo los poetas, poetas, poetas
como si fueran saetas, saetas, saetas
arrojadas al espacio que un rodeo, rodeo, rodeo
hiciera regresar para clavarlas en Montevideo.

partitura (la letra que figura en ella es la de la primera de las tres vueltas)
cifrado
Canon 1 (la letra de las dos voces está en la partitura)
Canon 2 (la letra de las dos voces está en la partitura)
Canon 3 (la letra de las dos voces está en la partitura) 
Canon del cangrejito (la letra está en la partitura)
Contemporáneo (la letra está en la partitura)
Corriente alterna

No sé por qué te fuiste ni por qué después
al poco tiempo te dio por volver
no sé por qué no sé por qué
tomaste aquella triste decisión
de abandonarme y cuál fue la razón
de tu regreso y qué pasó
            que al otro día te volviste a ir
            no me diste ni tiempo de decirte
            preguntarte si esa vez
            regresarías como la anterior
            ni si te ibas en busca de amor
            y si fue así supongo que
no lo encontraste y fue por eso que
volviste pero cuando te apreté y
te pregunté qué plan tenés
me contestaste muy así nomás
con evasivas y casi te vas
pero esa vez no te dejé
            porque de un brazo fuerte te agarré
            pero fue inútil cuando me acosté
            sentí la puerta y eras vos
            que te pelabas sin decir adiós
            capaz que fue mejor para los dos
            pero muy malo para mí
por eso me alegré cuando te vi
que regresabas pero no entendí
por qué enseguida me decís
que tu intención sigue siendo partir
y sin demora pasás a cumplir
tu anuncio y me dejás ahí
            sin esperanza con respecto a ti
            pero con la sorpresa de que así
            como te vi partir también
            te vi volver y te escuché muy bien
            decir que nunca me ibas a dejar
            para después saber faltar
a tu palabra porque sin piedá
te fuiste a algún rincón de la ciudá
que al parecer no te gustó
porque si no no entiendo qué te dio
por dar la vuelta y pedirme perdón
pero enseguida, maldición,
            me abandonaste y desde aquella vez
            te fuiste y regresaste más de diez
            o veinte veces es que ya
            perdí la cuenta y la velocidá
            de tu continuo ir y venir se va
            volviendo cada vez mayor
ni bien te fuiste por el ascensor
la puerta se abre y estás otra vez
ahí no sé si es que volvés
ya es imposible adivinar qué hacés
si te estás yendo o a la misma vez
estás viniendo ya no estás
            acá ni allá como venís te vas
            tu cara ya no se distingue más
            apenas en el corredor
            se ve una larga franja del color
            de tu vestido sos como un ciclón
            un huracán sin dirección
un haz de luz cada vez más veloz
ya nadie puede verte ya no sos
más que una tenue sensación
un sutil, fugaz coloración
en las baldosas de ese corredor
y la portera ya subió
            trayendo el balde con el secador
            le digo doña deje por favor
            y me contesta no señor
            el corredor lo tengo que limpiar
            y yo le explico que te va a borrar
            si pasa el trapo por ahí
pero ella cree que me enloquecí
no sabe nada de lo que yo vi
y un golpe de agua con jabón
te lleva entera junto a la ilusión
de averiguar un día en qué vagón
viaja el secreto de tu corazón.

partitura
Desmotivado (la letra está en la partitura)
Dónde estabas

Dónde estabas que nunca te encontré
y ahora tampoco pero sé adónde ir
estás escondida en un rincón
en un pliegue de tu soledad
y voy a buscarte sin saber
si vas a querer salir de ahí
o si yo también voy a entrar
o si de repente no estás más
o estás, pero siempre puede ser
que cuando a mí me cubra de luz tu claridad
vos te caigas en mi oscuridad.

Dónde estabas que nunca te encontré
a veces la gente no se ve y alguno está
quizá para otro muy atrás
del bosque de todos los demás
yo voy a buscarte sin saber
si vas a querer salir de ahí
o si yo también voy a entrar
a ver si en el monte del montón
en un claro o en un apagón,
de sopetón, me cubre de luz tu claridad
o te caés en mi oscuridad.

Dónde estabas que nunca te encontré
y ahora tampoco pero sé
que voy a buscarte sin saber
si vas a querer salir
o si voy a entrar a mirar por si las moscas
vuelven a volar
por lugares que conozca
o que crea conocer,
sin despreciar los otros,
donde alguna oscura sombra
tenga señas de tu claridad.
....................................
y voy a buscarte sin saber
si vas a querer salir de ahí
o si yo también voy a entrar
o si de repente no estás más
o estás, pero siempre puede ser
que cuando a mí me cubra de luz tu claridad
vos te caigas en mi oscuridad. 

partitura
Dónde va esa flor (la letra está junto a la partitura)
El concierto 

Era un concierto de música culta 
y renacían las fuerzas ocultas 
de los antiguos maestros geniales, 
de los eternos, de los inmortales. 

Era un concierto, era el goce más fino 
era un contacto con algo divino; 
era solemne, era casi sagrado 
era un placer de lo más elevado. 

Flautas, violines, trompetas, platillos 
sonaban entre corbatas, anillos, 
entre bolsillos rellenos de plata, 
entre las llaves de algún colachata, 

entre collares, pelucas, colgantes, 
entre tapados de piel, entre guantes, 
entre abogados y algún escribano 
y dos o tres profesoras de piano. 

La gente oía con mucho entusiasmo, 
estaban todos al borde del pasmo: 
es que la música seria, la fina, 
le pone a uno la piel de gallina. 

Era profundo, era algo sublime, 
decime vos si no es cierto, decime 
si el director a pesar de ser joven 
no era la imagen del propio Beethoven. 

Era el Edén para los que asistían. 
sonaba justo como ellos querían. 
sonaba tan culto, tan elevado, 
que tuvo un triste, fatal resultado 

porque de a poco la gente ascendía 
bajo el efecto del arte, subía; 
iban en busca quizá de la altura 
correspondiente a esa música pura. 

Y las butacas quedaron vacías, 
toda la gente subía y subía 
siempre más alto en el aire tomado 
por aquel arte supremo, elevado. 

Mientras la orquesta seguía tocando 
toda la gente se iba estrellando 
casi a la vez la cabeza en el techo, 
quedaban todos los cráneos deshechos. 

Y por la fuerza de los cabezazos 
se fue cayendo el teatro a pedazos; 
toda la orquesta quedó sepultada, 
quedó enterrada, quedó mutilada. 

Y los oyentes seguían sin pausa 
subiendo, pero ya por otra causa: 
ya no era el arte que los elevaba, 
era la muerte que se los llevaba.

Partitura
El cuervo (la letra está en la partitura)
El pajarito (la letra está en la partitura)
El recital

Era un concierto de música popular
quiero decir un recital	
de aquellos cantos que nos vienen desde
las raíces de la tierra secular
y todo el mundo estremecido
en la sangre
al ritmo de la tradición
que se hace canto.

Era la voz ancestral de una población
reconociendo en su canción
la más auténtica versión
de su epopeya y su verdadera identidad
desde el origen, desde su historia
los acordes
desentrañaban la verdá
de su memoria.

Era el reflejo más fiel de la realidá
cantado con la claridá
característica de aquellos que hacen
suya la expresión del pueblo por su voz
la vida misma era presencia
en el canto
comprometido con la esencia de su gente.

Nadie cantaba a título personal
todo era parte del ritual
que a sus artistas asignaba la función
de revelar su propia condición
que era la misma que la de todos:
las raíces
que determinan el sentir
y la palabra.

No eran cantores, más bien eran un ceibal
quienes daban el recital
y los micrófonos con sus jirafas
entre un cablerío casi vegetal
asemejaban sauces llorones
y las voces 
se parecían al croar
de alguna rana.

En los asientos la gente, de corazón
tomaba mate a discreción
se alimentaban de sí mismos
a través del canto que era su propia canción
y en las bombillas iban subiendo
sus entrañas
y tanto como se escuchaban
se tomaban.			

Era una inmensa recontra-alimentación
basada en la resurrección
de las raíces más profundas en un
ciclo que no habría terminado más
pero que tuvo un desenlace
algo triste;
el que volvió confirmará
que fue chiripa.

Algo en la tierra debajo del hormigón
de la moderna construcción
quizá los huesos de algún indio
conmovidos por la tan profunda evocación
de las raíces, ni los gurises
se salvaron
de ser llamados por la vieja 
madre tierra.

En los cimientos del club algo se movió
y todo se resquebrajó
y aparecieron grandes grietas
por las cuales todo el mundo desapareció;
iban en busca de sus raíces
y aleluya
lo consiguieron
lo lograron ¡eureka!

De las guitarras de cedro y jacarandá
de las de pino nacional
brotaron entre las atónitas narices
de los del conjunto musical
largas raíces como lombrices
que crecían
y se enroscaban en los cuellos
y apretaban.

De esa manera logró su mejor final
este glorioso recital
la gente pudo reencontrarse felizmente
con su más auténtica verdá
y luego de esto no hubo pretexto
que valiera
para seguir
viviendo y fue
así su muerte.


partitura
Fábrica de no sé qué


Fábrica de no sé qué
de afuera no se ve
se oyen ruidos y no se sabe de qué
es una fábrica de no sé qué
de afuera lo único que se ve
es que entra gente y sale no sé qué
es una fábrica de no sé lo qué
de afuera sólo se ve la paré
a uno que entraba le pregunté
fábrica de qué fábrica de qué
y me contestó dejame entrar que todavía no marqué
que todavía no marqué
me quedé en la puerta junto a la paré
y esperé y esperé y esperé
y a uno que salía le pregunté
fábrica de qué fábrica de qué
y me contestó dejame que si pierdo el ónibus la quedé
y agarró y se fue
es una fábrica de no sé qué
de afuera sólo se ve la paré
y se oyen ruidos andá a saber de qué
es una fábrica de no sé qué

partitura
Las clases de guitarra de la señorita Cunegunda 

En las clases de guitarra
de la señorita Cunegunda López
de García, enfrente del Cinemascope,
yo di mis primeros pasos con las manos
sobre la guitarra, junto a mis hermanos;
nuestros padres nos mandaban con el cuaderno pentagramado
y mientras duraba la clase ellos se iban a hacer los mandados.

Aprendí un  montón de piezas
que no sé muy bien de dónde son oriundas
aunque si la señorita Cunegunda
me las enseñaba por algo sería.
Lo curioso que me pasa es que hoy en día
cuando voy a los conciertos de guitarra no escucho esas piezas,
pero en nuestras audiciones de fin de año se tocaban ésas.

Mi maestra de guitarra
me enseñaba también hermosas canciones,
yo conservo todavía grabaciones
de cuando mis tías me daban un beso
y me decían nene muestre sus progresos,
y como eran canciones que ellas también habían aprendido
cuando eran chicas, entonces me ayudaban (y) cantaban conmigo.

El recuerdo que conservo
de mis tiempos tan felices de estudiante
es muy grato, y si seguí para adelante
todo fue gracias a aquella profesora
que mi canto en esta noche rememora,
y a pesar de que ella se fue para el cielo como una paloma,
yo conservo su firma en la parte de debajo de mi diploma.

partitura
Luna sola (la letra está en la partitura)
 
 Productos porcinos

 Usté comprobará la calidá
 la calidad de los fiambres
 que estamos elaborando;
 son hechos con los cerdos
 cazados a pedradas
 por Núñez, por Almada,
 Bermúdez y Pedroza,
 Meneses y Barbosa
 Menéndez, Aguilera,
 Da Cunha y Olivera,
 Berón y Martirena,
 Martínez y Lerena,
 Domínguez y Bertoni,
 Calcagno, Bernasconi,
 Falconi, Carracedo,
 Carreras y Macedo,
 Muniz y Reboledo.
  
 Usté masticará nuestro jamón
 nuestro jamón, o si no co-
 merá nuestra mortadela
 de chanchos apedreados
 cortados a tijera
 por Méndez, por Cabrera,
 Hernández y Ferreira,
 por Barrios y Pereira,
 y Pérez y Carballo,
 Pereda y Caraballo,
 Galíndez, Irureta,
 Umpiérrez y Gambeta,
 Gutiérrez y Varela,
 Falero, Gambardella,
 Curbelo, Monterroso,
 Arévalo, Cardozo,
 y Vélez y Troncoso.
  
 Usté comentará con su doctor
 con su doctor que los fiambres
 que hacemos no le hacen nada;
 después de recortados,
 los cerdos son picados
 por Píriz, Alvarado,
 Pisano, Piendibene,
 Ibáñez y Jiménez,
 Muñoz, Maciel y Rocca,
 y Ruiz y Montes de Oca, 
 Repetto, Sambucetti,
 Palumbo, Sanguinetti,
 Santurio, López, Viera,
 Larrosa, Paz y Vera,
 Rosales y Barcatti,
 Morales y Locatti,
 Lozano y Carbonati.
  
 Usté preguntará qué marca son
 qué marca son los productos
 que estamos publicitando;
 pero antes de olvidarnos
 de los del envasado
 nombremos a Machado,
 a Souza y a Saracho,
 a Sánchez, a Camacho,
 Acosta, Vaz y Oddone,
 a Díaz y a Petrone,
 Peluffo, Piedrabuena,
 Gandolfo, Gil y Pena,
 a Cáceres y a Migues,
 a Lema y a Rodríguez,
 Pedrana, Romanelli
 Petraglia, Locatelli,
 Peralta y Petruchelli. 
(en la repetición: y Pérez)

partitura

Susurra el viento (la letra -de Laura Montaña- está en la partitura)

Todo así (la letra está en la partitura)
Todo con respaldo (la letra está en la partitura)
Una mirada más (la letra está en la partitura)
Zamba del desfasado (la letra está en la partitura)